jueves, 24 de enero de 2013

¿Qué es el cine?

Sobre el cine, Federico Fellini, director y guionista, dijo El negocio del cine es macabro, grotesco: es una mezcla de partido de fútbol y de burdel. El inigualable Alfred Hitchcock dijo que, para él, el cine eran cuatrocientas butacas que llenar, y Azorín afirmó que el cine tiene que producir sosiego. Con estas ideas y otras del estilo, el cine norteamericano se rige como piedra filosofal de la industria del cine, y produce de forma masiva películas espectaculares, en el sentido técnico de la palabra: El Señor de los Anillos, Avatar, 2012... Todas te dejan pegado a la silla, ojiplático, viendo desfilar delante de ti todo un abanico de efectos especiales increíbles y todo tipo de aventuras.

 

 El cine gusta, el cine entretiene, el cine evade. Con películas así, nos trasladamos a una realidad paralela que no tiene que ver con la nuestra y que nos aleja de los problemas, las preocupaciones y todo lo que nos hace dar vueltas en la cama. El cine nos proporciona una vía de escape a nuestras vidas y, en general, a la realidad. Este cine es el cine social, el de la familia que se sienta a ver una película para pasarlo bien, para tener una buena charla después comentándolo. Ocio, nada más y nada menos. Para muchos directores y directoras, esta idea está vacía y deja una herramienta potentísima, como es el cine, a un 50% de sus capacidades. Hollywod es como estar en ningún lugar hablando a nadie sobre nada, dijo Michelangelo Antonioni, cineasta, escritor y pintor italiano. Los que comparten su teoría realizan otro tipo de cine, el cine social. Es una forma de hacer cine que incomoda más e intenta mover un poco las sensibilidades. Según Álex de la Iglesia, lo fascinante del cine es colocar al espectador en posiciones morales en las que nunca estuvo. Y eso es lo que tratan de hacer las películas sociales, ubicadas generalmente en Europa. España tiene una buena trayectoria de cine social, que puede ir desde dramas reales hasta problemáticas actuales de las que, generalmente, no queremos oír hablar: la problemática del empleo (Los Lunes al Sol, la homofobia (Philadelphia) o hechos históricos (La Lengua de las Mariposas).

 

 No se trata de quedarse con un tipo de cine o con otro, ni de desprestigiar a ninguno de los dos. El cine es una herramienta polivalente, de muchas caras, que puede ser usada con infinidad de objetivos. Me quedo con la idea de que si uno de los dos tipos de cine no existiera, tendría que inventarse. Al fin y al cabo, como diría Fernando Fernán Gómez, el cine no es más (ni menos) que un vehículo de expresión. Y con esa excusa, podemos producir cualquier cosa.

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