Y así, la mayoría de los vídeos de Callejeros. Temas importantes quedan relegados a anécdota con estos programas, que dan una visión estereotipada y muy morbosa de las realidades terribles de muchas personas. Con un modelo bastante conductista, los realizadores de Callejeros se quedan sólo en lo superficial que, a veces, es cómico. Declaraciones de personas que no están en condición de hablar, introducciones de presentadores que exageran la realidad o la cambian, ausencia absoluta de propuestas para solucionar los problemas, de pensamiento crítico, de contraste con más ejemplos... Este tipo de programas son un peligro para los espectadores, que ven una realidad terrible pero tan mal presentada que les deja inmunes ante lo que ven, sólo genera morbo. Estos vídeos no buscan generar un cambio en la mentalidad de las personas sino que sólo buscan audiencia. La consecuencia es que la gente no acaba de saber lo que realmente pasa, no toma conciencia y no empatiza con lo que ve.
Hay realidades que, de por sí, son terribles y no hace falta dramatizar aún más. Un buen tratamiento de un problema real basta para sensibilizar a la audiencia y poner un pequeño granito de arena para un posible cambio social. Un modelo constructivista ayuda a presentar una realidad tal y como esta es, de forma comunicativa y libre, es decir, aparece lo que realmente hay, no lo que el programa, presentador o incluso la audiencia busca.
Es necesario tener mucho cuidado con lo que se presenta en los medios de comunicación. Un mal tratamiento de un tema complejo puede llevar a la incomprensión y rechazo de la sociedad.
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